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París, 29 de Noviembre, 2016

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Border Culture

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La sociedad israelí-palestina es una de las sociedades más complejas del mundo. Su posición estratégica ha hecho que esta región sea conquistada por varios imperios a lo largo de la historia y que cada uno de ellos inevitablemente haya dejado sus huellas. Dentro y alrededor de esta tierra surgen y se desarrollan las tres grandes religiones monoteístas, convirtiéndola en un lugar único en el mundo. Además es el lugar del conflicto israelí-palestina, violento, controversial y, uno de los más difíciles de resolver en la historia contemporánea. Sin duda, desde la creación del Estado de Israel en 1948, las olas de inmigración judía han incrementado, migraciones que han reconfigurado el paisaje local: Israel se convirtió en un nido de re-encuentros de identidades judias forjadas durante dos mil años de diáspora. Asimismo, la historia y las dinámicas culturales e identitarias internas hacen de este territorio un universo complejo. Del lado israelí, lo tradicional convive, se transforma, se afirma, se contradice y se disuelve con lo moderno. En la costa mediterránea está Tel-Aviv, un destino que llama la atención a la comunidad LGTBI del mundo y, a 70km al este está Jerusalén, una ciudad religiosa y llena de tensiones.

 

Por consiguiente, el paisaje social y político de Israel-Palestina está lejos de ser homogéneo, dentro de cada grupo étnico/cultural y territorial, se encuentra una diversidad innombrable. A pesar de que el Estado de Israel es considerado como un país occidentalizado, desarrollado o hiper-moderno, existen espacios en dónde la tecnología y la sociedad de consumo conviven con la vida neo-tradicional. Por otro lado, los jóvenes de todos los géneros, tienen la obligación de cumplir el servicio militar, o Tzáhal, esta obligación delinea sin duda su identidad. Asimismo, el rol del Estado en difundir valores patrióticos de defensa, son desde muy temprana edad, parte del cuerpo de la sociedad israelita. Igualmente, éste se encarga de la difusión de una educación nacional judeo-centrada, en donde muchos jóvenes crecen sin conocer exactamente que pasa en territorios palestinos. De la misma forma, en el lado palestino, la educación es una representación de los discursos nacionales. En consecuencia, en ninguno de los dos territorios existe una educación incluyente a otros grupos, ni es un espacio de diálogo; siendo inclusive en algunos casos, el lugar en donde se legitiman falsas representaciones del otro. Otro tema controversial es el status de los judíos ultra-ortodoxos. De gran porcentaje en Israel, están eximidos del servicio militar y al contrario, se dedican a los estudios religiosos al cien por ciento; estudios que son financiados por el Estado, creando aún más tensiones entre la sociedad considerada como laica y religiosa. 

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Así que la cuestión de: « vivir juntos, vivir separados », la instalación de nuevas olas de migrantes, el capitalismo, los muros, la obsesión por la seguridad, el miedo de ataques terroristas y los nuevos asentamientos israelitas en Cisjordania forman parte de la vida contemporánea y del debate cotidiano. Asimismo, la migración y la etnicidad son dos problématicas centrales en el país. El « retorno de judíos a su tierra ancestral » parte de la política de Estado, ha alterado y diversificado las dinámicas étnicas y políticas del territorio.  Igualmente, no existen dos grupos mutualmente excluyentes como los Judíos y los Palestinos, una dicotomía usualmente impuesta por los medios y la burocracia política. Las fronteras étnicas primero atraviesan por una división intra-grupal y las tensiones se originan en varios niveles, además de que existen coaliciones entre múltiples grupos y no sólo dos, como si fueran masas monolíticas. En todo el territorio existen: católicos-palestinos, arabes-palestinos, arabes-israelitas, armenianos, drusos y judíos provenientes de países árabes, de África del Norte, de Europa, de Asia, de toda América... además  de nuevos grupos como los rusos, los etíopes, una ola héterogénea de trabajadores temporales y pedidores de asilo. Por lo tanto, Israel y Palestina experimentan una fisura identitaria y territorial grave.

 

Me pregunté de principio a fin, ¿Qué es la israelidad ? ¿Qué define “el ser” israelita, judío, palestino, árabe, druso, católico en Israel-Palestina ? Las respuestas son infinitas, como la esencia misma de lo que compone una identidad. Israel y Palestina son un territorio fascinante en dónde sus dinámicas internas son más complejas de lo que parecen. De esta forma, el proyecto intenta mirar a los ojos a estas tierras. Encontrar respuestas, por lo tanto, no es el objetivo. Sin duda la obsesión por el urbanismo, además de las dinámicas sociales-territoriales son dos grandes temas que busco representar en esta serie. Finalmente, me queda decir este lugar es único en el mundo por su presente incomprehensible y por su compleja historia que sobrepasa el entendimiento del ser humano común. 

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